Capital antioqueña.
Primeros pobladores
Hace 10.500 años aproximadamente el Valle de Aburrá era recorrido por tribus de cazadores y recolectores. Cuando llegaron los conquistadores españoles encontraron asentada una población nativa numerosa, que opuso poca resistencia. Eran aburraes, yamesíes, peques, ebéjicos, noriscos y maníes que, se calcula, estaban allí desde el Siglo V a. C. Tenían grandes cultivos de maíz y fríjol, criaban curíes y perros mudos, tejían mantas de algodón, comercializaban sal, y conocían la orfebrería. Bajo el dominio español fueron repartidos en encomiendas y desplazados de sus tierras. La deserción, el maltrato, las enfermedades y el duro trabajo intensivo en la tierra y las minas, en pocos años los diezmaron.27
Periodo colonial
El valle en donde hoy se asienta Medellín fue descubierto el 24 de agosto de 1541, día de San Bartolomé, por Jerónimo Luis Tejelo, un capitán a órdenes del mariscal Jorge Robledo, quien fundó la ciudad de Santa Fe de Antioquia ese mismo año y es considerado el conquistador de Antioquia. El valle era llamado Valle de Aburrá por los indígenas que lo habitaban y fue llamado por los españoles Valle de San Bartolomé o de Los Alcázares. Los indígenas respondieron con belicosidad según algunos cronistas, resistencia que obligó a Tejelo a atrincherarse para la defensiva y a despachar un expreso al mariscal Robledo pidiéndole auxilio, con el cual vencieron fácilmente a los aborígenes. Dicha resistencia la hicieron propiamente los indígenas que habitaban el caserío de Guayabal, pues los demás que ocupaban el valle prefirieron huir o quitarse la vida.28
El 2 de marzo de 1616 el licenciado Francisco de Herrera Campuzano, del Consejo del Rey, Oidor de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada y Visitador General de la Provincia de Antioquia, fundó una población a la que llamó San Lorenzo de Aburrá, en donde hoy se sitúa El Poblado. El caserío, que estaba compuesto por trecientos indígenas y algunos pocos españoles, finalmente no prosperó y en 1646 fue trasladado al ángulo que forman el río Medellín (antes río Aburrá) y el arroyo Santa Elena, sitio que los indígenas llamaban Aná y los españoles Aguasal. Pocos años después se levantó la primera iglesia de tapias y tejas, consagrada a la Virgen de la Candelaria, y desde entonces la población se llamó Nuestra Señora de la Candelaria de Aná, que a los 54 años de vida contaba apenas con 700 habitantes de los 3.000 que poblaban el territorio comprendido entre el Ancón de la Valeria (hoy Caldas) hasta los potreros de Barbosa.
Desde 1670 los habitantes pidieron a la Real Audiencia la elección en villa de su población, encontrando resistencia por parte de la ciudad de Santa Fe de Antioquia. Finalmente doña Mariana de Austria, viuda de Felipe IV, en nombre de su hijo Carlos II, otorgó la elección en villa de la pequeña población, que ahora pasó a llamarse Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín. Un siglo después, en 1783, se abrieron nuevas calles por orden de don Francisco Silvestre y Sánchez, quien fue gobernador de la Provincia de Antioquia. En 1786, el Oidor don Juan Antonio Mon y Velardehizo numerar las casas, que eran 242 de un piso y 29 de balcón, y marcar las calles con los nombres de San Francisco, San Lorenzo, La Amargura (hoy calle Ayacucho), El Prado, entre otros. También dictó medidas sobre saneamiento, instrucción pública, mejora del comercio y sistemas administrativos; igualmente dota a la villa de agua corriente, crea colonias agrícolas y estimula la minería. Estas medidas progresistas levantan el ánimo de los habitantes y permiten entrever tiempos mejores para la población y para la provincia entera.
Ya en el siglo XIX y en plena época de la Independencia, el 21 de agosto de 1813, don Juan del Corral erige en ciudad a Medellín, privilegio que hasta entonces, y en lo que respecta a la provincia, solo tenían Santa Fe de Antioquia y Rionegro. En 1826 se le nombra capital de Antioquia, contando en ese año con 6.050 habitantes.
Siglo XIX
En los primeros años del siglo XIX la ciudad experimentó un lento desarrollo debido, entre otras cosas, a las precarias vías de comunicación con el resto del país y el exterior. Desde el punto de vista intelectual, material y social se seguían conservando las características de pueblo de incipiente civilización. No fue sino hasta el periodo comprendido entre 1830 a 1850 cuando la ciudad comenzó su desarrollo paulatino.La educacióntuvo en este periodo un salto trascendental. Durante la época colonial y aún en los inicios de la República se contaban con muy pocas escuelas y colegios, situación que cambió a partir de la mitad del siglo, siendo notable durante el gobierno de Pedro Justo Berrío.
El río Medellín carecía en aquel entonces de puentes que lo atravesaran y fue haciéndose necesaria la construcción de alguno, ya que sus aguas eran abundantes, sobre todo en invierno, y se requerían balsas para pasarlo. El puente de Colombia fue el primero dentro del territorio de la ciudad y fue levantado con auxilio nacional ofrecido por el entonces presidente Tomás Cipriano de Mosquera en 1846. El segundo puente sobre el río fue el de Guayaquil.En 1868 se decretó el traslado de la sede de la diócesis de Santa Fe de Antioquia a Medellín, lo que le permitió a ésta fortalecer las instituciones religiosas que existían en aquel entonces. La construcción de la Catedral Metropolitana marcó un hito no solo en el ámbito religioso sino también desde el punto de vista arquitectónico. Igualmente el comercio se fue fortaleciendo hasta consolidarse como actividad financiera. Fue así como en Medellín surgió el Banco de Antioquia en 1871, el Banco de Medellín en1881, el Banco Popular en 1882 y el Banco del Comercio en 1896.
Comienzos del siglo XX
El despegue de la ciudad hacia la modernidad coincidió con un acelerado crecimiento de su población, de 20.000 (1870) a 140.000 (1938) habitantes. La ciudad se consolidó como un centro de comercio de oro, café, finca raíz, mecánica, fundición, especulación e importación de mercancías. Esta vocación comercial se complementó al comienzo del siglo XX con una industrial (textil, gaseosas, cigarrillos, calzado, entre otras), al aprovechar la presencia de abundantes fuentes hídricas, avances en movilidad y mercados cercanos.
Al tiempo que entraron los primeros automóviles importados de Estados Unidos y de Francia, se crearon fábricas importantes, en particular empresas textileras, como la Compañía Colombiana de Tejidos Coltejer (1907), o la fábrica de Hilados y Tejidos del Hato (Fabricato), la cual empezó a funcionar en los años veinte y en menos de dos décadas se consolidaría como la segunda textilera más importante, después de Coltejer. Otras empresas importantes fueron creadas en estos años como la Compañía Colombiana de Tabacos (1919), la fábrica de Gaseosas Lux (1925) y en lo referente a la industria cafetera se destaca la fundación de Café La Bastilla en 1922.
A partir de 1910 estas industrias se convirtieron en el motor principal del crecimiento urbano, y crearon una primera generación de empresarios industriales y de obreros asalariados. La ciudad atrajo inmigrantes del campo con aspiración de trabajar en las fábricas y almacenes. También llegaron inmigrantes más prósperos, como empresarios de la minería, comerciantes, ganaderos y jóvenes de familias pudientes, con la idea de educarse.
El Plan Piloto de Medellín, elaborado en 1950 por los arquitectos extranjeros Paul Wiener y José Luis Sert, recomendaron: la canalización del río, el control de los asentamientos en las laderas, el montaje de la zona industrial de Guayabal, la articulación de la ciudad en torno al río, la construcción de la zona deportiva del estadio Atanasio Girardot y del centro administrativo “La Alpujarra”. Pronto, el Plan Piloto se vio desbordado por la realidad de una población que se triplicó en 20 años, pasando de 358.189 habitantes, en 1951, a 1.071.252, en 1973. En este periodo la construcción tuvo un gran dinamismo y los campesinos, que no tenían acceso a los créditos de vivienda, empezaron a construir en las laderas. Muchas de las edificaciones antiguas del centro, y aún las de principios del siglo XX, fueron demolidas para dar paso a los edificios que fueron destinados para oficinas y vivienda, entre ellos el de Coltejer, símbolo de la ciudad. El sector textil se modernizó bastante en este periodo y se consolidó de forma definitiva la vocación industrial de la ciudad.
Finales del siglo XX hasta la actualidad
Por primera vez, después de tener Antioquia una economía en ascenso durante 150 años, se presentan en la década de los setenta los síntomas iniciales de lo que sería la más grande crisis económica y social en su historia. Aparecen indicadores de aumento deldesempleo, y con él la criminalidad y la inseguridad general. Aunque el país en su conjunto afrontó entre 1970 y 1980 un periodo crítico en su economía, esta crisis tuvo un especial impacto en Medellín, que llegó a tener la tasa de desempleo más alta del país.El sector manufacturero no sólo había perdido dinámica, sino que se mostraba incapaz para afrontar la situación creada con los altos índices de desempleo, la recesión económica y la imposición desde el gobierno central de un nuevo modelo de desarrollo fundamentado en las actividades financieras y de la construcción. Es entonces cuando el contrabando, primero, y luego el narcotráfico, aparecen como alternativa para miles de personas que no tenían en el mercado legal ninguna o muy poca posibilidad de encontrar empleo o de ejercer una actividad económica rentable.
El Cartel de Medellín fue creado en 1976 y disfrutó, hasta mediados de los años ochenta, de una relativa libertad y tolerancia como resultado de su directa penetración en todos los sectores de la sociedad. Con la aprobación de las medidas que permitían la extradición de colombianos a los Estados Unidos, tomadas por el presidente Belisario Betancur luego del asesinato de su ministro de Justicia, el cartel de la droga inició un gran movimiento para desestabilizar al Estado. La ciudad sufrió todo el peso de la lucha entre el narcotráfico y el gobierno central en los últimos años de la década de los ochenta y a principios de los noventa. Aparecieron el narcoterrorismo, el sicariato, las bandas delincuenciales en los barrios populares, los secuestros, y los asesinatos de jueces y políticos.
La muerte de Pablo Escobar, en 1993, supuso el fin del llamado Cartel de Medellín, pero dejó profundos conflictos sociales en la región. La guerrilla y el paramilitarismo continuaron con su activismo armado que han creado duros impactos no sólo en la ciudad sino en el país como el aumento de desplazados por la violencia y el endurecimiento de las políticas de seguridad del Estado como la Operación Oriónen San Javier (octubre de 2002).
Hasta el 2008 en la región paisa, de la que Medellín hace parte, operaban por lo menos seis de las principales bandas emergentes provenientes de los restos de los gruposparamilitares que se desmovilizaron durante las conversaciones de paz con el gobierno Colombiano en el periodo 2004-2006. Entre ellas están: Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Águilas Negras, la Oficina de Envigado, Los Urabeños, Los Rastrojos o el grupo de Los Paisas; los cuatro últimos grupos son los que están activos en el país a 2015. Estos grupos criminales concentran sus operaciones en las ciudades y pequeños pueblos a lo largo y ancho del país, tratando de controlar los flujos de drogas hacia la costa Caribe y el control de la minería ilegal.Las rutas del narcotráfico se mueven especialmente los departamentos de Córdoba y Sucre donde venden la droga a las organizaciones que cuentan con infraestructuras más grandes y pueden mover las drogas a nivel internacional.
La preocupación por detener los flujos de violencia urbana ha hecho que se presenten proyectos de inclusión social que incluyen grandes infraestructuras como los parques-bibliotecas en áreas urbanas conflictivas, los sistemas de transporte masivo como el Metro y el Metroplús, y la participación del sector privado, oficial y las instituciones para unificar un proyecto de ciudad, la proliferación de eventos culturales y artísticos, la construcción de bibliotecas, parques y centros educativos y la creación y renovación del espacio público.
En palabras de Dan Restrepo, asesor del presidente estadounidense Barack Obama, Medellín es una de las ciudades de referencia de América,siendo sede de varios festivales, y destacándose además en la actividad académica y científica a nivel nacional. Entre los galardones que ha recibido la ciudad, se pueden destacar la selección como una de las diez ciudades más sorprendentes del mundo para celebrar Navidad según National Geographic gracias al alumbrado,el Premio Transporte Sostenible en 2012 a cargo de la Junta de Investigación del Transporte de la National Research Council(pese a ser una de las ciudades más contaminadas del continente), la mención de la BBCen 2013 como capital latinoamericana de la innovación,la mayor votación del público como ciudad más innovadora del mundo en el concurso que organizaron Citigroup y The Wall Street Journal, la elección como el mejor destino de Suramérica para hacer negocios según el concurso The Business Destinations Travel Awards organizado por la revista Business Destinations,y la elección como la ciudad más competitiva de Colombia a nivel económico de acuerdo al Observatorio del Caribe Colombiano.